Una de las principales funciones del calcio en las plantas es la de actuar como agente cementante para mantener las células unidas.

La deficiencia, en general, se manifiesta desde la germinación. Provoca clorosis y detiene el desarrollo radicular, originándose raíces cortas, gruesas y con una coloración parda. Las hojas se arrollas, a veces con necrosis en los bordes. Los síntomas aparecen casi siempre en las hojas jóvenes, y la planta en su conjunto disminuye su crecimiento.

Las deficiencias también pueden presentarse en los frutos, incrementándose la fragilidad de la pared celular y por consiguiente la fragilidad del fruto.

Además, el calcio induce resistencia mecánica en la planta frente a factores abióticos y actúa como osmoprotector.

El producto se deposita sobre la superficie vegetal diluyéndose posteriormente con la humedad del rocío o de los tratamientos. De esta manera es asimilado por la planta según sus necesidades.